Las Escuelas: Siguen Siendo El Blanco
Después de cada tiroteo en una escuela reaccionamos por unos días o semanas y hablamos sobre la violencia armada, la venta de armas, la juventud alienada, los diversos sistemas que respondieron o no a la situación, de cómo la tragedia podría haberse evitado, etc.
Desde el tiroteo en la escuela Columbine, Colorado en 1999, los tiroteos escolares se han convertido en un género de crimen. Si una persona armada está buscando multitudes, podría elegir un centro comercial, una iglesia o un cine, y algunos lo han hecho, pero estos no se han convertido en un blanco de ataque en común.
Los jóvenes protagonistas de estos tiroteos en maza eligen escuelas, y esto se han convertido en una especie de “moda”. Mientras que, en nuestra imaginación colectiva, las escuelas, después de los hogares, son “lugares seguros”, donde los estudiantes son protegidos, amados, y nutridos intelectualmente. Sin embargo, al parecer ahora las escuelas se han convertido en una de las instituciones más confusas que hemos concebido en los últimos años.
Actualmente en las escuelas, los estudiantes están viviendo en dos mundos separados: el mundo académico, que tiene que ver con el coeficiente intelectual, y el mundo emocional, que tiene que ver con la inteligencia emocional. Lamentablemente la mayoría de las escuelas públicas en los Estados Unidos, estaría más enfocados por lo académico que por lo mental.
El desarrollo de la inteligencia emocional (IE) no sólo es deseable para la calidad de vida de los estudiantes en las escuelas, sino que es absolutamente necesario. La IE no sólo tiene que ver con las emociones personales, sino que también ayuda en acentuar la capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud positiva hacia los demás, brindando mayores posibilidades de desarrollo personal. El déficit de IE puede repercutir en numerosos aspectos de la vida cotidiana, desde problemas mentales hasta trastornos de salud física.
Investigaciones recientes mencionan la importancia de comprender y manejar las emociones en los estudiantes de las escuelas, y que éstas son la base de la inteligencia humana. La idea no es reprimir los sentimientos, sino saber expresarlos adecuada e inteligentemente.
Todo parece indicar que los jóvenes, que se convierten en protagonistas de estas masacres, son o han sido víctimas de traumas y que regresan al lugar de sus traumas, tratando de resolver el gran conflicto personal interno que sienten y que han cargado por muchos tiempo. A menudo son los que han sido víctimas de bulling, rechazados, expulsados, marginados, descalificados, etc., es decir los más traumatizados, y muchos de ellos no superan los traumas porque no tienen las herramientas emocionales o no cuentan con un sistema de apoyo con otras personas como padres, hermanos, amigos, o consejeros.
Estos muchachos, que ahora se han convertido en asesinos en masa en las escuelas, son la punta extrema de un iceberg que se ve todos los días. Adolescentes que necesitan ser vistos por lo que realmente son, no por quienes queremos que sean, que necesitan ser escuchados sin importar lo que digan y que necesitan ser atendidos en sus necesidades emocionales, más allá de lo académico.
¡¡Muchas gracias!!
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