El Reto de Ser Papá
Tradicionalmente la responsabilidad de criar y educar a los hijos fue delegada a las mujeres, y los hombres estuvieron exceptos de esta responsabilidad. Lo sociedad se encargó de reforzar estas ideas a través del tiempo, sin embargo, esto ha cambiado drásticamente.
La idea que los hombres podrían ser capaces de cuidar a sus hijos/as fue subestimada, especialmente si estos eran bebes o infantes. Sin embargo, en las últimas décadas, con la incorporación de las mujeres en el campo laboral, vemos que los hombres ya ocupan espacios tradicionalmente considerados sólo para mujeres, y las mujeres ocupan espacios que eran considerados tradicionalmente para hombres, salvo el dar de amamantar, ahora los hombres comparten la difícil tarea que implica el cuidado y crianza de los hijos. Y aunque muchos no saben cómo hacerlo, se las ingenian para hacerlo de la mejor manera.
No obstante, ahora nadie puede discutir la idea que los hombres también podemos ejercer un rol sumamente importante en la crianza y educación de nuestros hijos/as desde el nacimiento hasta su total independencia, y no deja de ser un desafío para los papás de hoy, pues no existe un manual mágico que nos diga cómo hacerlo.
Ser padre es todo un desafió y una gran responsabilidad, y eso se aprende desde temprana edad, por lo que los padres y las madres deben inculcar en sus hijos e hijas la responsabilidad de ser padre o madre.
Los papás, al igual que las mamás, deben expresar su amor y afecto por sus hijos/as, jugar con ternura, dialogar libremente con ellos, colaborar diariamente en la ardua tarea de la crianza, construir ese importante e indestructible vínculo afectivo con sus hijos y que ellos se sientan valorados para desarrollarse emocionalmente estables.
Personalmente creo que los padres tenemos que asumir un enorme reto frente a la vieja discusión entre calidad y cantidad, pues el tiempo que se pasa con un hijo/a es crucial y se acentúa cuando ambos padres tienen que trabajar y se ven obligados a estar físicamente muchas más horas fuera de la casa. Por eso es importante que ambos miembros de la pareja compartan su rol de padres y disfruten a sus hijos con tiempo de calidad.
La calidad es mucho más importante que la cantidad. La cantidad de horas puede ser hueca e inconsistente. Es mejor poco pero bueno, que mucho pero mal. A un padre lo define su función, más allá del tiempo que pase con sus hijos. Sin calidad de tiempo no hay una relación de calidad.
Finalmente quiero recalcar a los padres que se involucren activamente en la educación y crianza de sus hijos/as, y que siempre tengan en cuenta que su presencia y participación en la vida de sus hijos/as desde el primer día va a influenciar en la relación con ellos a corto, medio y largo plazo.
¡Feliz Día de los Padres!
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