Si usted es una de las personas que muchas veces ha intentado cambiar y no ha podido, o no ha tenido los resultados deseados o esperados, es probable que se haya enfocado en cambiar sus actitudes o comportamientos, pero nunca ha intentado cambiar sus creencias.

El sistema de creencias es el marco general que envuelve todo trabajo sobre el cual las personas piensan y actúan de una u otra manera. Pues las creencias están basadas en afirmaciones que se dan como ciertas, se aceptan sin mayor dilema, se defienden y ponen en práctica cotidianamente sin mayor cuestionamiento.

La formación de las creencias se inicia en la familia, donde se enseña lo que es bueno y lo que no, aceptándose usualmente sin cuestionar. Pero este proceso no termina allí, sino que continua a través de la vida formándose, moldeándose y afirmándose las creencias, a través de la escuela, los medios de comunicación, las redes sociales, la iglesia, los amigos, etc., hasta llegar a ser adultos, con la diferencia que una persona adulta y madura puede tener la capacidad de juzgar e identificar sus propias creencias y decidir si adopta, modifica, cambia, altera, reforma  o no su propio sistema de creencias.

Como adultos se tiene la capacidad de evaluar, analizar, cuestionar y elegir su sistema de creencias. Es decir, usted puede cambiar o reafirmar sus propias creencias, si así lo desea; y para eso necesita identificar cuáles son esas creencias con las que quiere seguir cultivando y que lo/a alientan a seguir adelante, y saber cuáles son las creencias que de una u otra manera le impiden o sabotean de seguir mejorando o cambiar lo que quiere cambiar en su forma de ser o pensar.

El primer paso para el cambio en una persona es la aceptación y saber ¿Qué es lo que quiere cambiar?, ¿Por qué quiere cambiar? ¿Su cambio está basado en una motivación interna o externa?, ¿Qué tan importante es para usted es el cambio que quiere lograr?, y finalmente, ¿Cuál es su plan?

En este proceso es importante identificar cuáles son las creencias que podrían sabotear, impedir o boicotear sus propios objetivos, y recuerde que estas creencias están en usted mismo/a.

Las creencias saboteadoras pueden tomar varias formas. La primera es cuando la persona no quiere cambiar del todo, sólo una parte de un determinado comportamiento o actitud, y dicen “sí quiero cambiar, pero…” Para crear un cambio en la vida hay que quererlo de manera completa y no a medias, y ser congruente con cada una de ellas.

Una segunda dificultad o interferencia para el cambio es cuando la persona no tiene una idea clara de lo que quiere y no se imagina o visualiza con un nuevo cambio. Finalmente, usted tiene que darse la oportunidad para utilizar una serie de estrategias y técnicas para el cambio. Hay quienes se dan la oportunidad para empezar, pero no para completar el proceso, y por lo tanto no habrá resultados y terminan sintiéndose frustrados/as.

Todo cambio en la vida requiere esfuerzo, energía, perseverancia.  Las soluciones fáciles no dan resultados duraderos. No hay formulas mágicas, sólo las acciones concretas, la disciplina y la responsabilidad pueden cambiar su vida. ¡Muchas gracias!